RACISMO Y LA IZQUIERDA
RACISMO E IZQUIERDA No sé en otros continentes, pero en los países europeos las organizaciones de izquierda defienden a los refugiados y a los inmigrantes. Se oponen al endurecimiento de la Ley de Extranjería y critican la deportación de refugiados. En un artículo anterior hablé de la identidad política dividida de los migrantes procedentes de Turquía, que en general apoyan a partidos de izquierda en sus países de origen y a partidos de derecha en Turquía. Apoyan a partidos de izquierda en su país de residencia porque defienden mejor los derechos de los migrantes. Las organizaciones de izquierda de Turquía se encuentran en una situación similar con respecto a los refugiados. Se oponen al racismo en los países en los que viven. Celebran reuniones y organizan conciertos con este fin. En Turquía, en cambio, no se oponen al racismo, que se provoca constantemente sobre todo contra los sirios y que alcanzó su punto álgido antes de las elecciones del domingo. Aunque hay algunos que sí lo hacen, su número es reducido. Las organizaciones de izquierda en Turquía y en los países europeos guardan silencio sobre el racismo contra los sirios. Reaccionan cuando el racismo les afecta, de lo contrario no les interesa. Que yo sepa, aparte de la Asamblea Europea de Exiliados, ninguna otra organización ha emitido una declaración condenando el racismo contra los sirios. En ningún otro país existe un ejemplo semejante. El partido gobernante, el AKP, no se opone a utilizar a los sirios como mano de obra barata, a recibir fondos de la Unión Europea para estas personas. La Policía de Extranjería de Turquía es especialmente dura con los sirios. Pero ante la actitud de los partidos de la oposición de "los devolveremos a todos lo antes posible", las prácticas del partido gobernante siguen siendo blandas. El AKP también está a favor de devolver al menos a la mitad de los sirios, y así se está haciendo, pero la otra mitad es necesaria como mano de obra más barata. Los refugiados sirios, que suman al menos tres millones, siguen en el estatus de "huéspedes" a pesar de que han pasado diez años. En Turquía no existe una ley de asilo. Estas personas ni siquiera pueden solicitar asilo porque no existe tal ley. El problema más importante para los refugiados es asegurar su posición. La forma válida de hacerlo es solicitar asilo. Que la solicitud de asilo sea aceptada o no es una cuestión aparte. En Turquía no existe tal derecho. Por esta razón, los sirios pueden ser deportados fácilmente aunque hayan pasado al menos diez años. Las organizaciones que defienden los derechos de los refugiados en el país han hecho campaña varias veces a favor de una ley de asilo, pero nadie se ha interesado. Declaraciones como la hermandad de los trabajadores y el internacionalismo son sólo palabras. En la práctica, son casi inexistentes. Los sirios constituyen una parte de los trabajadores del país. No se sabe cuántos de ellos han muerto en accidentes laborales. Hay más: un número no desdeñable de personas en el país trabajan ilegalmente en servicios de asistencia a domicilio. Suelen proceder de antiguos países socialistas. A los sindicatos no les interesan los sirios ni otros trabajadores ilegales. La izquierda defiende sobre todo a la clase trabajadora. No me hagas reír...